jueves, 9 de junio de 2016

gustavo




 - LAS AUTOLESIONES, CONDUCTA AUTODESTRUCTIVA
Las autolesiones constituyen un importante problema en la salud integral del adolescente. Existen pocas publicaciones, procedentes, en su mayor parte, de los servicios de urgencias de los hospitales. El sesgo es importante: vemos solamente la punta del iceberg de estas conductas. Pero no podemos simplificar estas conductas ni entenderlas, simplemente, como una demanda de atención.
La conducta autolesiva consiste en la provocación de un daño de forma deliberada en el propio cuerpo, principalmente a través de cortes; pero también en forma de quemaduras y abuso de drogas, alcohol y otras sustancias. Suponen una manera de afrontar sentimientos difíciles que crecen dentro de uno mismo. Los adolescentes afrontan estos sentimientos de distinta manera, y eso lleva en ocasiones a conductas como pellizcarse la piel, realizar una ingesta medicamentosa o tirarse del pelo. En cualquier caso, se trata de un motivo de consulta frecuente en muchos servicios sanitarios.
PREVALENCIA
 Parecía que estas conductas se habían estabilizado, pero últimamente están reapareciendo y aumentando su incidencia entre adolescentes (1). Los datos sobre prevalencia son dispares, oscilando entre el 1 % y el 6,5 %. Suelen ser más frecuentes en hombres que en mujeres. A menudo los padres ignoran estas autolesiones.
Las autolesiones aumentan en jóvenes diagnosticados de patología psiquiátrica, especialmente en casos de depresión, trastorno bipolar, trastorno de conducta y trastorno de ansiedad.
Actualmente, se hace imprescindible una correcta unificación de criterios para mejorar el diagnóstico y abordaje de este tipo de conductas, así como un mayor número de estudios que aporten información que sin duda sería útil para los clínicos que atienden habitualmente a estos jóvenes.
FACTORES DE RIESGO
Están en función de las características personales y del entorno de los adolescentes:
1. Características personales. Especialmente, cuando existe escasa capacidad para la resolución de problemas, y elevados niveles de impulsividad, desesperanza, ira y hostilidad.
2. Trastornos psiquiátricos. Especialmente, depresión, trastorno de conducta, y patología dual, asociada al consumo de substancias.
3. Características familiares. Desde la convivencia con un solo progenitor (50%) hasta otros problemas de convivencia entre los padres, o escasa calidez en las relaciones familiares.
4. Los medios de comunicación. La publicidad dada a través de los medios de comunicación sobre un caso de suicidio puede incrementar los suicidios. Existe un pacto de silencio en prensa y televisión sobre suicidios reales. Pero no existe tal pacto para las series televisivas en que aparecen suicidios ficticios. Estos programas televisivos tienen especial importancia en adolescentes de 14 años (2).
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Para el diagnóstico es imprescindible la colaboración del psiquiatra infantojuvenil. La aproximación diagnóstica comprende la valoración más ajustada de cuál ha sido el acontecimiento que ha provocado esta conducta (acontecimientos vitales, motivos y circunstancias, posible abuso de alcohol y otras circunstancias del entorno que puedan hacer prever una ideación suicida) y la realización de una correcta y completa historia clínica: antecedentes familiares de depresión, alcoholismo, otro trastorno psiquiátrico o suicidio, conductas autolesivas previas, trastorno psiquiátrico previo ( diagnóstico y tratamiento), evidencia de alguna enfermedad médica actual o previa. El profesional competente realizará un examen del estado mental y se intentará llegar a un diagnóstico psiquiátrico o, cuanto menos, un diagnóstico funcional. Es importante evaluar cuidadosamente el riesgo suicida y la repetición de la conducta autolesiva.
El tratamiento estará en función del diagnóstico. Por lo que se refiere a la psicoterapia, habrá que actuar sobre la capacidad en solución de problemas, terapia cognitivo conductual, entrenamiento en habilidades sociales, y autocontrol de la ira. Muy a menudo se necesitarán técnicas de terapia familiar.

sábado, 28 de mayo de 2016



Dañar el propio cuerpo con el fin de liberar tensiones  o  contactar  con  la  realidad  (Síndrome de   Automutilación   Catártico-Reintegrativo), en nuestra experiencia clínica, es un síndrome que aumenta entre los adolescentes: interactúa  negativamente  con  la  patología  de  base,  ensombrece  el  pronóstico,  complica  el  tratamiento  y  no  se  relata  espontáneamente.  Así, para  saber  por  qué  se  automutilan,  cuando  sospecharlo  y  cómo  tratarlo,  un  primer  paso  puede ser conocer su  comorbilidad.
En  general,  el  Síndrome  de  Automutilación  (SAM) se define como un acto deliberado y repetitivo  que  persigue  dañar  el  propio  cuerpo  sin  intención  suicida  (),  siendo  los  métodos más  frecuentes  los  golpes,  cortes y quemaduras.
CLASIFICACION
De acuerdo a la forma de automutilación, Favazza 
 los clasifica en 4 tipos:

1.- Mayor  (por  ej.  enucleación  de  los  ojos  o amputaciones), la cual es rara y está asociada  a  psicosis,  transexualismo  e  intoxicaciones.
2.- Estereotípica (por ej. darse golpes en la cabeza o morderse) la cual no es infrecuente en  el  retardo  mental  y  en  el  síndrome  de  Tourette.
 3.-Compulsiva (por ej. Escoriación severa de la piel o arrancarse las uñas)
4.- Impulsiva  (por  ej.  Cortarse  o  quemarse  la piel),  es la más común y  está asociada a depresión, ansiedad, estrés postraumático y trastornos de personalidad, especialmente limítrofe, histriónica y antisocial.
Desde un punto de vista Clínico, este Síndrome se puede clasificar del siguiente modo:
1.- CATARTICA:  alivio  de  sentimientos  intolerables,  y  sensación  de  bienestar  a  través
de cortes golpes y quemaduras.
2.- REINTEGRATIVA: reintegración del sí-mismo, es decir, un contacto consigo mismo y
con la realidad.
3.-DISOCIATIVA: gratificación  exhibiendo  las heridas, hay una ganancia afectiva.
4.-DISOCIAL: evitar sanciones sociales o penales.
5.-NARCISISTA: mostrar lesiones para destacarse, a través de tatuajes y piercing cuando son extensos, de gran número y de riesgo para la persona.
6. - PSICOTICA: daño secundario a una alucinación o delirio.
7. - FACTICIA: el autodaño tiene como objetivo asumir  el rol de enfermo.